martes, 16 de diciembre de 2014

Construyendo un aprendizaje heurístico

Para introducirnos en esta entrada, aclararemos que la heurística el el arte, técnica o procedimiento práctico que se sigue para llegar a la solución de un problema. Ya sea por tanteo, por ensayo-error o por descubrimiento experimental de otra índole.
Estrategias heurísticas propias del ámbito científico, tales como las que Pólya expone en "How to solve it", son estrategias aplicables al campo de las matemáticas más básicas como las que se trabajan desde Infantil o Primaria:


  • buscar analogías
  • elementos auxiliares
  • descomposiciones y recombinaciones
  • inducciones
  • especialización
  • variación de elementos
  • volver al trabajo anterior
  • ...
Y en el caso en concreto en que se plantea esta entrada, son básicas para el desarrollo de la habilidad matemática para la resolución de problemas. La base del planteamiento de Pólya era el procedimiento en sí, no la solución de las investigaciones o experimentos. 

Al aplicar esto a nuesto campo, nos centramos en cómo los alumnos/as resuelven los problemas (además del hecho de que están adquiriendo experiencia y conocimiento en la resolución de los mismos). NOS CENTRAMOS EN EL CÓMO, COMO MEDIO PARA FOMENTAR LA CREATIVIDAD Y EL PENSAMIENTO LATERAL O DIVERGENTE.

Esta parte de teoría, por tanto, se complementa con la de Wilson y Smith. Ellso aseguraban que los estudiantes que habían sido enseñados directamente y no desarrollados a través del método heurístico, eran incapaces de generalizar y transferir sus conocimientos de un entorno o situación concreta a otra.

Y ahora nos surge la duda obvia... ¿y esto cómo lo aplico entonces en el día a día?

La enseñanza sin heurística es necesaria, aunque está esenta de los beneficios mencionados, pero muy necesaria para enfrentarnos con los algoritmos matemáticos. ¿Y más allá de ellos? La resolución de problemas, según el espíritu de Pólya, es aprender a enfrentarse a tareas nuevas y no familiares, donde los métodos de resolución no son conocidos, incluso a veces por los maestros/as o familiares. Y el sentimiento que surje, curiosamente es opuesto. Los adultos responsables se pueden sentir inseguros al no saber qué va a pasar; pero los estudiantes se sienten motivados, atentos a lo que están haciendo y curiosos por aprender y descubrir por ellos mismos.

Y estas ocasiones las tenemos desde cuando planteamos situaciones de contenido desconocido por los docentes o cuando modifficamos una simple receta de cocina preguntándonos.... ¿qué pasaría si?...

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